Sin un plan, tampoco habrá resultados

Cada día te despiertas, te alistas, vas al trabajo o a la actividad a la que te decidas (puede ser el estudio) y por la noche regresas a casa, a descansar. Eventualmente, separas un rato para tomar un café con un amigo, o para ir al cine con tu pareja, o para visitar a tus viejos en casa. Y así son todos los días, uno tras otro, hasta que te invade la angustia: ¿por qué no avanzo, por qué?

Una de las realidades más desoladoras del mundo moderno es que los seres humanos no sabemos ser felices. De hecho, el 99,99 por ciento de las personas ni siquiera sabe con exactitud qué es eso que llama felicidad, no sabe cómo alcanzarla. Peor aún, cree que se trata de un lugar lejano, algo así como la meta de una ultramaratón, pero nunca llega a ese punto y, entonces, nunca es feliz.

Ahora, si asumiéramos la vida como si fuéramos un atleta de alto rendimiento y quisiéramos ganar una ultramaratón, quizás nos iría mejor. ¿Sabes por qué? Porque la persona que se anima a pararse en la línea de salida de una competencia como esta, que suele disputarse sobre 40, 50, 80 o 120 kilómetros, durante meses desarrolla un detallado y completo plan de entrenamiento.

Ahora, si te pregunto si tienes un plan detallado para tu vida, ¿qué me responderías? Sé que 9 de cada diez personas me dirán que no lo tienen y, honestamente, me atrevería a dudar del restante. Es porque nos programaron la mente para vivir el día a día, que no es algo distinto a dejar que la vida nos sorprenda, sin asumir riesgos, ni responsabilidad alguna. Y después, después nos quejamos.

Mirémoslo desde otro punto de vista: a todos nos gustaría ser millonarios como Elon Musk, Mark Cuban, Richard Branson, Bill Gates o Jean-Paul DeJoria, para mencionar solo algunos. Sin embargo, ¿tú haces algo para parecerte a ellos? ¿Sabes qué hay detrás del éxito y la vida de abundancia de estas personas? Si crees que es un designio del destino, buena suerte o cuna de oro, te equivocas.

El gran secreto detrás del éxito de estas y muchas otras personas, independientemente del nivel de riqueza que alcancen, está en que establecieron una rutina que les permite conseguir los resultados que esperan y la replican una y otra vez. Eso no quiere decir que no cometan errores, sino que su sistema está diseñado de tal manera que también puedan solucionar estos tropiezos.

Estos son algunos de los hábitos de las personas más ricas del mundo:

1.- Leen todos los días, sin falta

2.- Meditan todos los días, sin falta

3.- Se despiertan temprano todos los días

4.- Salen a correr o a hacer ejercicio en las mañanas

5.- Descansan lo suficiente (7-8 horas)

6.- Han desarrollado habilidades de comunicación

7.- Dedican tiempo para sí mismos, en soledad

8.- Se alimenta bien, sanamente

9.- Se desconectan cuando salen del trabajo

10.- Repiten estos hábitos todos los días

Vamos a coincidir en que a la gran mayoría de las personas esta rutina de hábitos les parecerá muy aburrida, y quizás lo sea. Sin embargo, los resultados están a la vista de todos, y no me refiero en especial a la riqueza acumulada, sino al estilo de vida: son libres, hacen lo que les gusta, disfrutan lo que hacen, comparten con otros, son generosos, dejan huella por doquier y no se conforman.

Lo que es claro es que tienen un plan establecido y lo siguen al pie de la letra. No están a la espera de que la vida los sorprenda, sino que ellos son los que sorprenden a la vida con sus creaciones, con su trabajo. Trazaron un plan y trabajan en alcanzar los objetivos propuestos, a pesar de las dificultades, de sus miedos, de lo que digan los demás, de los fracasos que hayan acumulado.

El común de las personas no hacemos nada parecido, de ahí la diferencia de los resultados. La mayoría se conforma con envidiar el éxito de estos personajes y soñar con que algún día la vida los sorprenda y pueda comenzar a disfrutar de esos beneficios. Por supuesto, eso no ocurre. El éxito, la felicidad y la abundancia, independientemente de cuál sea tu concepción de ellas, son fruto de un plan.

Estas son algunas acciones que tú puedes emprender para trazar un plan de vida y alcanzar lo que deseas:

1.- Define tu propósito

Una de las razones por las cuales a la mayoría de las personas les resulta imposible trazar un plan de vida es porque no saben qué quieren en realidad. En otras palabras, no saben lo que es importante para ellas, lo que las hace felices, lo que las apasiona, aquello en lo que se sienten útiles para los demás. Indaga en tu interior, descubre cuál es tu propósito y síguelo sin dilación.

2.- Elige qué áreas trabajarás

Una de las consecuencias de no tener un plan definido es que perdemos el tiempo disparándole a todo lo que se mueve. Sí, no tenemos un foco, una escala que nos permita trabajar de manera organizada, metódica. Elige en qué áreas de tu vida quieres poner en práctica tu propósito: familia, pareja, salud, trabajo, dinero, espiritualidad, amistad o el que tú prefieras.

3.- Establece qué tareas realizarás

Ir del punto A, donde te encuentras, al punto B, al que quieres llegar, no es producto de un paso. Se trata de un proceso y, por lo tanto, debes establecer metas a corto, mediano y largo plazo que puedan ser medidas. La forma más efectiva de hacerlo es fijar las tareas que debes cumplir. Por ejemplo, leer un libro al mes, hacer 30 minutos diarios de ejercicio, no trabajar más de 10 horas.

4.- Traza un plan

Si tu plan es rebajar de peso, 10 kilos en tres meses, debes saber cómo hacerlo. Lo primero es asesorarte de un especialista en entrenamiento físico que diseñe una rutina adecuada para tu estado físico y posibilidades. También, diseñar un plan de alimentación con un nutricionista. Así, sabrás qué ejercicios hacer, cuántas veces a la semana, en fin. Pasar de la teoría a la práctica.

5.- Trabaja hasta conseguirlo

Por si no lo sabes, te cuento que posees la herramienta más poderosa del universo: tu mente. Todo lo que desees lo puedes lograr si así lo decides y si trabajas para conseguirlo, si estableces el plan adecuado. Visualiza el objetivo que persigues, hazlo familiar en tu mente y emprende las acciones intencionales necesarias para alcanzarlo. Si te obsesiona un futuro, ¡créalo! No te conformes con lo que la vida te regala: obtén lo que tú deseas. El poder está en tu mente y solo necesitas reprogramarla para que te lleve adonde deseas. Lo que consigas en la vida no depende de la vida, sino de ti, de tus acciones y de tus decisiones, de cuánto haces cada día para avanzar en procura del objetivo que te trazaste. Y, claro, del plan que diseñaste.

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