7 claves infalibles para creer en ti

Las dificultades que una persona encuentra en el camino hacia la felicidad, hacia el éxito, hacia la prosperidad o algún otro objetivo que se haya trazado en la vida son variadas. Los miedos, las creencias limitantes, la educación, el ambiente en que esa persona creció y se formó y hasta los errores que ha cometido y que frenan su avance. Son factores que afectan en mayor o menor medida.

Es, sin duda, una especie de carrera de obstáculos en la que unos son insalvables para algunos y otros, acaban con las ilusiones de algunos más. Para algunos sin insalvables los obstáculos de altura, mientras que, para otros, son los de extensión. Lo que el común de las personas desconoce es que, con un poco de práctica, con el entrenamiento adecuado, unos y otros pueden superarse.

Quizás hayas visto en la televisión una competencia ecuestre o de canes. Hay obstáculos de altura, de extensión, de agua, con arbustos, con escaleras, con secuencias dobles o triples, en fin. En esencia, cualquier caballo o cualquier can puede superarlos si cuenta con la práctica necesaria o con el entrenamiento específico. La clave está en cómo cada participante los enfrenta.

En la vida, a los seres humanos nos ocurre lo mismo: en nuestro camino aparecen dificultades variadas que nos exigen, que nos ponen a prueba. Sus manifestaciones son diversas y su objetivo es ponernos a prueba, darnos la oportunidad de aprender algo valioso que podamos aprovechar en lo sucesivo. En esencia, todos estamos capacitados para superarlos, pero no todos podemos hacerlo.

¿Cuál es la diferencia? En algunos casos, el conocimiento: hay quienes carecen del aprendizaje necesario para enfrentar ciertas dificultades. En otros, la práctica: hay quienes dominan la teoría, pero no consiguen aplicar ese conocimiento en la práctica. En algunos más, la falta de habilidad: para aplicar adecuadamente en la práctica ese conocimiento hay que desarrollar habilidades.

Sin embargo, dado que el ser humano es una creación increíble, con un poder ilimitado, no son pocas las ocasiones en las que, con poco conocimiento, poca práctica y unas cuantas habilidades elementales una persona consiga superar muchos de los obstáculos que la vida pone en su camino. Hasta que llega a un punto en el que se frena, se da cuenta de que le hace falta algo.

¿Te ha pasado alguna vez? Sucede hasta en las actividades más sencillas de la vida. Por ejemplo, cuando entras a la cocina a preparar un platillo con el que quieres sorprender a tu familia y, en el momento crucial del proceso, te das cuenta de que te falta un ingrediente esencial. No puedes concluir la tarea y te sientes frustrado, apesadumbrado, porque la sorpresa se echó a perder.

Lo que quiero decirte es que a veces, muchas veces, no basta con adquirir el conocimiento específico, no con desarrollar las habilidades necesarias. Para alcanzar el éxito, la felicidad y la abundancia se requiere un ingrediente adicional, uno indispensable. ¿Sabes de qué se trata? De creer en ti. Sí, la falta de confianza en sí mismo es el único obstáculo insalvable para el ser humano.

De hecho, es posible que, sin todo el conocimiento necesario, sin todas las habilidades requeridas, una persona pueda cumplir algunos de sus objetivos, avances hacia sus sueños. Habrá un momento en el que tendrá que hacer un alto en el camino para cerrar esas brechas, para cerrar el círculo. Sin embargo, si de lo que careces es de confianza en ti mismo tu camino estará salpicado de tropiezos.

Estas son siete claves que te permitirán creen en ti y conseguir lo que deseas:

1.- Elige tus pensamientos. Uno de los motivos por lo que a veces nos cuesta tanto avanzar en la vida es porque seguimos el plan que otros trazaron por nosotros, porque estamos atados a creencias limitantes. Elige pensamientos positivos, proactivos, que te inspiren y te hagan sentir bien. Cree firmemente en que mereces eso que buscas, en que estás en capacidad de lograrlo.

2.- Sé tu propio ídolo. Este es otro tema espinoso para muchos, que se fijan en un modelo (que puede ser bueno) y se aferran a él, se obsesionan con él, y ese es un error. ¿Por qué? Porque nadie puede ser como otro, como otros. Valora lo positivo que tú tienes, lo que eres, lo que has logrado. Descubre qué te hace único y poténcialo, fortalece tus habilidades y agradece tus avances.

3.- Sé tú mismo. El regalo más maravilloso que nos hace la vida es aquel de ser únicos, irrepetibles. ¡No lo desaproveches! Identifica tus fortalezas y poténcialas; descubre cuáles son sus debilidades y encuentra la forma de solucionarlas o, cuando menos, de minimizarlas para que no se conviertan en un obstáculo. Sé tú mismo: acéptalo, disfrútalo, no permitas que otros decidan por ti.

4.- Sal de la zona de confort. Este lugar, cómodo y plácido, es el cementerio de tus ilusiones, de tus sueños. Allí se secan todas las semillas que pretendas sembrar. Asume riesgos, reta a tus miedos y enséñales que eres más poderoso. Toma el control de tu vida, de tus decisiones, y entiende que los errores y los fracasos son parte del proceso; aprovecha el aprendizaje de su lado positivo.

5.- Comprométete contigo mismo. Por las creencias con las que programaron nuestro cerebro cuando éramos niños, somos muy dados a comprometernos con los demás, hacemos lo que sea necesario por ello. ¿Y por nosotros? ¿Por ti, qué haces por ti? Recuerda que no se trata de que no haya obstáculos, sino que tú no esas el obstáculo que te frustra. Tú eres lo mejor que tienes, créelo.

6.- No es fracaso, es aprendizaje. Claro, si así tú lo decides. Puedes elegir echarte a la pena, llorar y compadecerte, o puedes abrir los ojos y la mente y ver lo positivo que hay en esa situación y tratar de extractar el aprendizaje que incorpora y que te ayudará en el futuro. El verdadero fracaso, el único fracaso, es tirar la toalla, dejarte vencer por las dificultades. Aprende, corrige y continúa.

7.- Hazlo por ti, solo por ti. Olvídate de los que te rodean, de lo que te dicen los demás, de esa traviesa voz interior que solo busca sabotearte. Es tu vida, es tu bienestar; hazlo por ti y no dejes que nadie te imponga un camino. Elige lo que deseas, lo que dicta tu corazón. Tus sueños son el mayor tesoro que posees, así que no los dilapides. Rodéate de personas que te ayuden a crecer.

Hay una línea muy delgada, prácticamente imperceptible, entre alcanzar lo que deseas (sin importar de qué se trate) y conformarte con la comodidad del fracaso. ¡Tú decides, ¡tú eliges! Estás en capacidad de conseguir lo que deseas siempre y cuando al conocimiento, al talento, a la experiencia y a las habilidades necesarias les adiciones el ingrediente imprescindible: ¡CREER EN TI!

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