Tengo que confesarte algo: durante años, muchos años, yo estuve en tu situación. Vivía en el seno de una familia común y corriente, o eso creía, porque un grave tropiezo económico me demostró que la realidad era peor de lo que pensaba. ¡Todo se derrumbó!, incluida mi vida.

Por mi mente solo pasaban pensamientos negativos y en mi vida solo ocurrían episodios negativos. Tenía problemas con mi esposa, mi negocio no funcionaba, era improductivo en el trabajo y, la verdad, la pasaba mal, muy mal.

Lo que más me mortificaba, lo que me quitaba el sueño, era darme cuenta de que a mi alrededor había otras personas iguales a mí, pero con una vida muy distinta: eran felices, eran prósperas, eran amistosas, eran positivas. ¡Vivían con abundancia! ¿Y cómo lo hacen, pensé?

Pasaron muchos años antes de que se abriera una puerta, una pequeña puerta, que me llevó por un camino en el que descubrí la información, en el que adquirí el conocimiento que me permitió cambiar mi vida, transformarla al ciento por ciento. Y hoy soy otro, ¡hoy vivo con abundancia!

Todo lo que había soñado forma parte de mi realidad: tengo los hijos que quiero, la familia que quiero, el trabajo que quiero, disfruto lo que hago, amo lo que hago, y cada día lo amo más porque mi intención es ayudar a más personas. ¡Mi intención es ayudarte a ti!

Se acabaron mis noches de desvelo, se terminaron las dudas que me atormentaban.

Se acabaron mis creencias limitantes, se terminaron los pensamientos negativos.

Se acabaron los mandatos de un modelo educativo caduco, se terminaron mis días tristes.

Se acabaron los síntomas de un estrés que me consumía, se terminaron mis miedos paralizantes.

Descubrí el poder ilimitado de la mente, aprendí a dominarla y vivo la vida que quiero.